jueves, 8 de mayo de 2014

LA PRIMERA EXPERIENCIA, por IGNACIO RUANO

Muy buenas a todos,

Hoy me toca escribir un post por aquí y tras pensar de que hablaros (trabajadores, política, futuras elecciones, futuro económico, conciliación vida laboral y familiar...), me dije "porque no contarles como estoy llevando mi primera experiencia con personas a mi cargo". ¡Claro que sí!

Desde que llevo trabajando para la Junta de Castilla y León he estado en varios destinos, pero nunca con gente directamente a mi cargo. Así que os voy a contar esta experiencia que empezó a principios de diciembre del año pasado y que terminará por finales de este mes o junio, en la cual estoy teniendo la oportunidad de aplicar los conocimientos que aprendí en el X Máster en Dirección y Gestión de Personas (2010-2011).   

Parto de la base de que muchos de los que leéis este blog ya sois veteranos en temas de Recursos Humanos, con una dilatada carrera y mil y una batallas que contar comparado conmigo..., pero seguro que mis palabras y reflexiones os evocan a cuando empezasteis en este ámbito, y creo que no me equivocaré (aunque alguna excepción mala habrá...), que recordaréis con cariño vuestra primera experiencia con gente a vuestro cargo.
 
Soy el responsable de un "pequeño" centro por la Sierra Bejarana, que es a la vez un Centro de Perfeccionamiento Técnico Deportivo y un Albergue Juvenil, así que está bastante concurrido de visitantes de federaciones deportivas y cualquier particular que sea alberguista. Sobre todo se produce la ocupación total del mismo durante el verano por campamentos variados y clinics deportivos, pero también en el invierno al estar cerca de la estación de esquí de la Covatilla. Vamos que tiene bastante afluencia de gente y eso es lo que he visto en estos meses. Para ello se cuenta con 19 personas de distintas categorías (Limpieza, Mantenimiento, Ordenanza, Cocina, Vigilante nocturno, Gobernanta y Director), que podrían ser mas (se necesitaría...) pero se ajusta según la economía actual.

Mi cometido principal es gestionar el centro, procurando como en toda casa no gastar mucho y que esté óptimo para las personas que vienen a utilizarlo. Esto que parece fácil en teoría, se complica un poco cuando "el centro o la casa" tiene una antigüedad de 80 años, y en tal estado de abandono de ciertas partes, que tenían "sepultados" o "arrinconados" como trastos viejos objetos de valor como pianos de 1800, maquinas de coser, escribir, etc., sin que nadie se haya preocupado de cuidarlo. 

Y aunque se han reformado varias veces las partes abiertas al público, se necesitarían muchas más inversiones grandes para estar en plenas condiciones, lo cual obviamente hoy en día no se puede hacer, así que se van apañando las cosas según van surgiendo... jeje. Pero visto con el tiempo, en estos casi 6-7 meses, tras una buena comunicación con mis superiores (lo cual te abre muchas puertas...), las sugerencias del personal del centro y mi buena predisposición para trabajar, como se ha reflejado en muchos informes y sugerencias, al final han significado progresos y conseguido logros para el centro (obras de arreglo, nuevo material, etc.). Aunque quedaría mucho por hacer... 
 
El otro gran cometido es gestionar a las personas que trabajan en dicho centro. Mi objetivo era principalmente que estuvieran a gusto, motivadas y se implicaran en la mejora del funcionamiento del centro, es decir, mejorar el clima laboral que ciertamente estaba enrarecido. Y creo que con el paso de los meses lo he conseguido, ganándome su confianza como persona que les escucha, dispuesto a que se apliquen sus sugerencias y que trata de conseguir cosas para ellos (como más personal, mejores herramientas de trabajo, mejor horario, mejor formación, siendo justo en los conflictos...). Eso sí, no ha sido fácil, ya que he tenido situaciones complicadas, como que a las dos semanas un trabajador sufra una enfermedad y esté de baja hasta hoy en día, debiendo solicitar un sustituto; como un enfrentamiento con familiares de participantes en un torneo de ajedrez que no podían entrar al centro y querían hacer lo que les diera la gana en él; o como tener que proponer abrir un expediente disciplinario a un trabajador porque se negaba a cumplir con sus cometidos.... 
Esta última ha sido la peor, ya que el dialogo que desarrolle con la persona y mis buenas maneras no dieron fruto, teniendo que ser al final firme y justo, para no perjudicar al conjunto de los trabajadores del centro. Tras estar de acuerdo con los superiores, se abrió el expediente disciplinario, cosa que en la administración ya sabéis que no ocurre tanto como en lo privado. Siempre creo que se pueden arreglar todos los problemas dialogando, pero a veces no queda más remedio que aplicar los mecanismos más severos....

A la vista de todo lo que ha pasado estos meses, si que os puedo decir que era fácil superar las expectativas que tenían las personas con las que iba a trabajar, con respecto al anterior gestor, ya que llevaba tantos años en la administración que estaba tan quemado que huía de todo problema (otro día escribiré sobre esto). Lo cierto es que yo llegaba como un novato (con experiencias en otros ámbitos, pero no en gestionar un centro y personas), con ganas de aprender y escuchar, y partir de ahí actuar. Me informé bien por mis superiores de lo que esperaban de mi y luego con la gente del centro, a partir de su experiencia que me contaron, empecé a moverme y desde entonces con toda la ilusión no he parado, jeje. Creo que al final dejaré un buen poso en las personas con las cuales he trabajado codo con codo o bien he dirigido, lo cual para mi es lo más grato e importante.

Y aquí enlazo con lo que nos decía hace poco Rosario Hoyos con su post Ideales Reales, en el Foro de Recursos Humanos José Herrador, un post muy recomendable. Yo me quedo con la conclusión de que al final se pueden tener muchas competencias, actitudes, experiencias, dones, etc., pero lo más importante para ser un jefe es ser una buena o excelente persona y actuar con el resto de personas a tu cargo como tal. Es lo que siento y creo firmemente.

Desde mis palabras escritas en este post, animo a Rosario y a todos aquellos que se encuentran buscando trabajo en el ámbito de las personas a no desfallecer. E incluso a las personas que con los años se van quemando y están cansadas de "llevar" a las personas, les animo a seguir luchando.

A mí el destino me ha dado un guiño pudiendo aplicar lo aprendido sobre las personas en aquel máster en este periodo breve de tiempo, y quien sabe, puede que a ellos, o a mí mismo,  nos tenga preparado otro guiño a la vuelta de la esquina....jeje.

Yo procuraré en estos últimos días conseguir más cosas para el centro que sirvan para mejorarlo y que los superiores del gestor del centro y el personal que está a su cargo estén más a gusto y motivados trabajando, para que el día en que me vaya me recuerden sencillamente como una buena persona con muchas ganas de trabajar y que ayudó en todo lo que pudo.

Un saludo a todos.

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