jueves, 27 de abril de 2017

La comunicación interna y el lobo feroz, por Ana Soler

El factor que genera más engagement en los trabajadores no es ni un buen sueldo, ni la conciliación, ni la posibilidad de promoción, todos ellos elementos importantes, pero los dos factores críticos a la hora de crear compromiso de los trabajadores con sus empresas son hacerles sentir que realmente forman parte del proyecto, crear un espíritu de pertenencia; y hacerles saber que son importantes dentro de la empresa través del reconocimiento.

Existen miles de artículos que explican y cuantifican la mejora de la productividad, la eficacia y la capacidad de retener el talento a través del compromiso de los trabajadores. Teniendo esto en cuenta, ¿cómo es posible que dos factores que tienen un coste mínimo y a la vez son tan relevantes para el buen funcionamiento de las organizaciones no se realicen en todas y cada una de las empresas existentes? La respuesta está en la principal herramienta necesaria para crear esta fórmula magistral del compromiso: la comunicación interna.

La comunicación interna en las empresas se puede asimilar, si me permitís la analogía, al cuento de “Los 3 cerditos” donde cada uno de ellos podría ser una empresa cualquiera y su actitud ante la comunicación interna.

Si recordáis el primer cerdito construía una casa de paja pensando que con esto sería suficiente para evitar al lobo. Aquí podemos encontrar miles de empresas que se llenan la boca hablando de comunicación interna, pero no la practican. En estas empresas suelen militar mercenarios como trabajadores y abandonarán la empresa, sin pensarlo dos veces, al primer problema que surja que les afecte en sus condiciones (sueldo, horario, prestaciones, etc). Si TÚ, empresa, no te has molestado en crear un vínculo con tus trabajadores ¿por qué deberían estar ellos comprometidos con algo que desconocen?
 


De forma similar, actúan otro tipo de empresas a las que también les gusta hablar de comunicación dentro de sus organizaciones, pero no van más allá de lo que se conoce por comunicación externa aquella que, junto con el marketing, está dirigida crear un valor de marca y mejorar la reputación de la empresa…de puertas a fuera. Asimismo, este tipo de empresa suele comunicar a sus trabajadores sus éxitos externos: nuevos negocios, premios recibidos, implantación en nuevas regiones, etc. Al igual que la casa del segundo cerdito, hecha de madera, sin duda será más resistente que la de paja, ya que a través de la comunicación de los éxitos es posible que haya creado algún sentimiento de orgullo de pertenencia en sus trabajadores, por lo que puede que resista alguna pequeña crisis, pero sin embargo el engagement dentro de esa empresa seguirá siendo endeble.

Y así llegamos a la tercera empresa, aquella que trabaja por tener una auténtica política de comunicación interna, teniendo tan presente a sus trabajadores como puede tener a sus clientes, al fin y al cabo ¿qué son los trabajadores de una empresa sino sus clientes internos? Estas empresas quieren crear vínculos con sus empleados, que les hagan sentirse orgullosos de su empresa, y que ésta forme parte de ellos y no sea simplemente el sitio donde vamos a trabajar. Para ello, comparten los objetivos para que sean no sólo del comité de dirección, sino te de toda la empresa; crean diferente canales de comunicación, adaptándolos a las necesidades de los trabajadores y hacen que éstos sean bidireccionales, para que la información no sólo vaya de arriba hacia abajo, ¿quién creéis que puede tener más información sobre las necesidades de un cliente de un supermercado, el/la cajero/a o el product manager de servicios centrales? Todas estas acciones, y muchas más, dan como resultado el espíritu de orgullo y pertenencia a la organización, que es la base del compromiso laboral.
 
 

Al igual que la casa del tercer cerdito, hecha con ladrillos, construir e implantar una buena política de comunicación interna requiere trabajo y esfuerzo por parte de la empresa y de los directivos, pero cuando vengan las crisis…o el lobo feroz, soplará y soplará y no la derribará.

jueves, 20 de abril de 2017

Sentido Común, por Catalina Aguado

Comienzo mi reflexión con la definición de un concepto a priori simple: SENTIDO COMÚN.
“Conocimientos y creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable”.

Prudente, lógico, válido, capacidad natural, forma razonable… me parecen términos, incluso así, leídos independientes sin asociar a un concepto, cuanto menos valiosos.
Pero llevado a los Recursos Humanos que son lo nuestro, dando por irrefutable la afirmación de que el intangible es el capital más valioso de una empresa, y dentro de éste  las personas.
 
Y entonces esas palabras se convierten en reglas de oro sobre todo en algunas realidades; me quedo con una que me inquieta especialmente: la diversidad
Realidad a la que hoy se enfrentan muchas empresas, con plantillas heterogéneas en lo relativo a la edad, sexo, creencias… ¿Cómo alinear sus experiencias, valores?
Opción “simple” en lo relativo a la edad: captar el talento de los jóvenes y tomar como valor añadido la experiencia de los más veteranos. En otros aspectos, lograr la interacción del colectivo, compartir experiencias y realidades distintas ¿no puede considerarse como una fortaleza y como una ventaja competitiva para alcanzar los objetivos del negocio?
¿Cómo lograr esa armonía? Complicado, sin duda. Pero ahí llega el sentido común….

Prudencia para escuchar sus necesidades, para captar sus expectativas, para gestionar el talento pensando en utilizar las capacidades y aptitudes de cada uno.

Lógica para adaptar al medio y a la realidad de la compañía la situación de cada uno de ellos sin sesgar, sin dividir, sin crear brechas.
Para plantear retos que se dirijan a cambiar la forma de trabajar con el objetivo de motivar a los integrantes de un equipo.
Razón y equilibrio para tomar decisiones que permitan aunar  identidades de generaciones distintas: experiencia  con innovación, conciencia de valores con inmediatez. Para crear nuevos modelos de gestión interna que permitan incrementar las ventajas competitivas en todos los ámbitos organizativos.

En general, podemos hablar de  mentorización inversa,  de  programas de conocimiento transformado, intraemprendimiento… como queráis, pero lo que creo evidente es que en un responsable de Recursos Humanos debe primar el sentido común.  Debiera ser competencia indiscutible. 
Un responsable de Recursos Humanos comprometido con la compañía y con sentido común es garantía de visión responsable, de intención de mejora, de búsqueda de equidad, de liderazgo implícito, de implicación, de eficiencia, de comunicación…. Porque el sentido común pasa a ser  un plus añadido que convierte al directivo en persona, que se traduce en valores de prudencia y lógica.

Yo, sin dudarlo, querría en mi compañía personas con sentido común, porque para mí es un valor en alza, sin duda alguna.

jueves, 6 de abril de 2017

El futuro de los Recursos...¿Humanos?, por Patricia Vicente

El desarrollo tecnológico experimentado en los últimos años ha sido sorprendente…  y como todo avance importante lleva aparejado una serie de ventajas e inconvenientes asociados al mismo. En todo lo relativo a la Gestión de RR.HH. tal vez sea el Reclutamiento y Selección de personal gracias al novedoso método de Reclutamiento 2.0 una de las herramientas que aporta mayores beneficios.

Por otro lado debemos analizar las consecuencias negativas que puede suponer e incluso amenazar este avance en las nuevas tecnologías para nuestra sociedad.  Hace unas semanas me inquietó escuchar una entrevista de Yuval Noah Harari a Iñaki Gabilondo haciendo las siguientes declaraciones acerca del uso de las nuevas tecnologías: “dentro de 20 o 30 años la inteligencia artificial podrá sacar a billones de humanos del mercado laboral. De la misma manera que la revolución industrial en el s. XIX creó una nueva clase trabajadora  también llamada clase obrera, en el s. XXI las nuevas tecnologías podrían crear una nueva clase social no trabajadora, también llamada clase inútil”. ¿Estamos preparados para el impacto que esto pueda suponer?

Vivimos un momento histórico sin precedentes, por citar un ejemplo en Inglaterra menos de un 1% de su población se dedica a la Agricultura y la pregunta que nos hacemos es: ¿producimos menos habiendo quitado a todos los agricultores? la respuesta es NO, la productividad por hectárea es la mejor de todos los tiempos.

Quitando a todos los trabajadores se puede producir mucho más gracias a la Ciencia y a la Tecnología entonces ¿qué impacto tiene esto en el mundo del trabajo?

Cito otro ejemplo: Baxter es un robot al que cualquier operario puede enseñar cogiéndole de los brazos cómo hacer físicamente un trabajo; está diseñado para trabajar con humanos por eso tiene ojos de forma que los trabajadores saben hacia donde está mirando en cada momento, y su coste hace que sea accesible a empresas de cualquier tamaño ..Otro ejemplo: el almacén del mayor distribuidor logístico del mundo ( Amazon ) está ya gestionado por robots que son quienes mueven las cajas bajo la supervisión de sólo uno o dos trabajadores.
 
 
Pero sin duda este dato publicado hace apenas unos meses en la revista Expansión me llamó poderosamente la atención: “sobre la mesa del Parlamento Europeo descansa una propuesta (llamado Informe sobre Personas Electrónicas) que pretende que las máquinas inteligentes paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social.” Me surge la siguiente duda: ¿llegarán las máquinas a reemplazar a los seres humanos algún día? ¿Cómo afecta eso al mercado laboral? Según un estudio, "el 45% de las actividades de particulares por las que hoy se paga pueden automatizarse YA mediante la adaptación de tecnologías existentes”. Empresas como WhatsApp mueven cifras astronómicas de dinero con sólo 54 empleados. ¿Todo el mundo que hoy está trabajando trabajará mañana?

Sólo pretendo que reflexionemos y pongamos sentido común a todas las ventajas que aporta el uso de las nuevas tecnologías dado que existe un factor que nunca debemos permitir sea sustituido por las I.T. y es precisamente el “Elemento Humano”. Para que esto no suceda os invito a ver el siguiente vídeo a modo de reflexión