lunes, 22 de junio de 2015

LA QUINTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, por LUIS POVEDA

¿Nos estamos acercando a la Quinta Revolución Industrial?.

Veamos el siguiente video:


¿Tendremos que preocuparnos los trabajadores del conocimiento por los nuevos cambios que se esperan?. 

Si analizamos las Tres Revoluciones anteriores y la Cuarta Revolución o Revolución del Conocimiento, en la que estamos inmersos, y cómo estas afectan a la sociedad y a los individuos, en mi opinión, creo que debemos de prepararnos para  el modelo económico que se anticipa para un  futuro no muy lejano.

Que tengamos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, que tengamos valor para cambiar las que podemos y que tengamos sabiduría para ver la diferencia entre ambas.

jueves, 18 de junio de 2015

UNA BUENA COMUNICACIÓN PUEDE HACER UNA VIDA FELIZ O UNA VIDA LLENA DE PROBLEMAS, por LOURDES TORIBIO

La comunicación es indispensable para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más cercanas a nosotros. Aún así enfrentamos desacuerdos y discusiones sin sentido, provocando -en ocasiones- una ruptura en las relaciones con los demás. Entender y hacerse comprender, es un arte que facilita la convivencia y la armonía en todo lugar. 

Con facilidad podemos perder de vista que la comunicación entra en el campo de los valores. Precisamente cuando hay problemas de comunicación en el trabajo, con la pareja, con los hijos o con los amigos se comienza a apreciar que una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas. 

El valor de la comunicación nos ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimiento personal de ambas partes. 

No todas las personas con una magnífica y agradable conversación poseen la capacidad de comunicarse eficazmente, en muchos de los casos transmiten anécdotas y conocimientos producto de la experiencia, la información y las vivencias que han tenido, pero con el defecto de no dar la oportunidad a que otros se expresen y compartan sus puntos de vista. En si, esto no es malo, pero se debe tener cuidado de no caer en excesos. 

Queda claro que comunicar no significa decir, expresar o emitir mensajes (para eso están los medios de información), por el contrario, al entablar un diálogo con los demás, tenemos la oportunidad de conocer su carácter y manera de pensar, sus preferencias y necesidades, aprendemos de su experiencia, compartimos gustos y aficiones... en otras palabras: conocemos a las personas y desarrollamos nuestra capacidad de comprensión. Sólo así estaremos en condiciones de servir al enriquecimiento personal de quienes nos rodean.

La buena comunicación tiene algunas características que todos conocemos: escuchar con atención, no acaparar la palabra, evitar interrumpir, utilizar un lenguaje propio y moderado, lo cual demuestra educación y trato delicado hacia las personas. Pero este valor tiene elementos fundamentales e indispensables para lograr una verdadera comunicación: 

  • Interés por la persona. 
  • Saber preguntar
  • Aprender a ceder. 
  • Sinceridad ante todo. 
Además de los elementos esenciales, es preciso cuidar otros pequeños detalles que nos ayudarán a perfeccionar y a hacer más eficaz nuestra comunicación: 

  • Comprende los sentimientos de los demás. 
  • No interpretes equivocadamente los gestos, movimientos o entonación con que se dicen las cosas, hay personas que hacen demasiado énfasis al hablar. 
  • Observa el estado de ánimo de las personas cuando se acercan a ti.
  • En tus conversaciones incluye temas interesantes, que sirvan para formar criterio o ayudar a mejorar a las personas. 
  • Aprende a ser cortés. 
No existe medio más eficaz para hacer amistades, elegir a la pareja y estrechar los lazos familiares, profesionales y de amistad. Todos deseamos vivir en armonía, por eso, este es el momento de reflexionar y decidirse a dar un nuevo rumbo hacia una mejor comunicación con quienes nos rodean.

jueves, 11 de junio de 2015

SABER APRENDER, por MARIA PARRADO MORANTE


Hay una capacidad que abre la puerta a todas las demás, que nos permite encontrar nuevas oportunidades y superar obstáculos, me refiero a la capacidad de aprender.

La actitud de querer aprender e innovar  a lo largo de la vida, para nuestro desarrollo personal o profesional, es fundamental para crecer, adaptarnos y enriquecernos en un entorno que cambia continuamente.

La inquietud por saber o aprender algo nuevo, nos permite transformarnos, abrir nuestras mentes a nuevas situaciones, experiencias, proyectos, empleos… y descubrir nuestros talentos. Todo ello supone un reto, pero tenemos que estar dispuestos a esforzarnos, superarnos e intentar ser mejores a nosotros mismos. De lo contrario, permaneceremos en esa zona del conformismo, de lo fácil, de lo cómodo y de resistencia a todo lo nuevo, que no nos dejará avanzar y superarnos.

Dicen que todo es difícil hasta que empieza a ser fácil y que nunca es demasiado tarde para aprender. Lo más importante es encontrar esa motivación a la curiosidad, el deseo constante de la superación, e incluso aprender, aunque cueste, de nuestros errores y desaprender aquello que nos limita.

Una frase que atribuyen a Alvin Toffler, destacado escritor norteamericano, dice: “Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.

Aprender, no se limita a adquirir nuevos conocimientos, sino también a captar nuestras actitudes, conocernos a nosotros mismos, cuestionar nuestra forma de pensar o de actuar, entender el mundo y a los demás. En definitiva, saber aprender  de la vida para aprovecharla.

Así que haz realidad el refrán de “nunca te acostarás sin saber una cosa más”, ya sea una experiencia, persona, un cambio o una idea.

lunes, 8 de junio de 2015

GESTION DEL CAMBIO, por NIEVES GONZALEZ

En mi vida he pasado por distintos cambios profesionales, que me han obligado a salir de mi zona de confort, afianzando competencias a las que, con el tiempo, he ido poniendo nombre, como flexibilidad, autoconocimiento, adaptación a nuevos entornos de trabajo, proactividad, saliencia, e interés por la formación continua y el crecimiento personal.

En estos tiempos en los que el escenario económico y laboral exige personas que sepan gestionar estos cambios, tanto a nivel personal y como profesional, reflexiono sobre las experiencias vividas y concluyo, no sin cierta resistencia al próximo movimiento… que estoy entrenada.

He aprendido de este entrenamiento vital las siguientes pautas:

1.- Los hechos son los hechos, hay cosas que no puedes cambiar. Por el contrario, tus sentimientos los controlas tú. Si el cambio es forzoso y la causa exógena, tú controlas  cómo te afecta.

2.- Aprovechar el cambio para generar cambios interiores, sólo así  podrás crecer y se generará una onda expansiva que te impulsará a otra casilla.

3.- Es el momento de echar mano de tus valores, reflexionar sobre lo que es verdaderamente importante en tu vida, cuáles son tus verdaderos objetivos, tu esencia e identidad.

4.- El cambio es un momento creativo que nos obliga a tomar decisiones. Los retos y desafíos nos sacan de nuestra zona de confort.

5.- Cuidar, mantener y ampliar nuestras relaciones sociales, creando nuevos círculos de relaciones independientes.

6.- El cambio genera estrés, y éste, como el colesterol, puede ser bueno o malo. Desecha el malo que tiene que ver con la infelicidad y la enfermedad, y recoge el bueno como energía que te impulse.

7.- No pretendas cambiar a los demás. Cambia tú y enfócate hacia los nuevos objetivos.

8.- Sé consciente de tu disposición de adaptación, entendiendo y valorando  distintas posturas, respondiendo con rapidez a los cambios para alcanzar metas globales.

9.- El esfuerzo físico y el deporte desarrollan la disciplina y mejoran la autoestima, y es un buen ejercicio para desarrollar el pensamiento estratégico.

10.- Y sobre todo, disfruta. El cambio forma parte del camino de la vida, de tu vida, que no es estática, sino en permanente movimiento.

jueves, 4 de junio de 2015

TOMA TUS DECISIONES, por RODRIGO VILLAR CARBAJOSA

Para muchas personas, tomar decisiones importantes en la vida les supone un cierto temor o al menos incertidumbre, por si se elige incorrectamente. Cuando se trata de decidir un trabajo o unos estudios, éste proceso esta cargado de inseguridad, porque sabemos que esta elección va a marcar nuestro estilo de vida y porque somos conscientes que estamos decidiendo nuestro futuro profesional y vital. 

La toma de decisiones en muchos casos va ligada a saber decir "sí" o "no" en un momento dado. Generalmente tenemos miedo de decir que no porque no queremos quedar mal, y tenemos miedo de las consecuencias negativas de haber dicho que no. 
El "no" es necesario y debemos aprender a decirlo tranquilamente, decir no muchas veces es sinónimo de salud. En muchas ocasiones, cuando no podemos decir que no, es por que no tenemos claro cuál es nuestra prioridad en la vida.

Las decisiones que tomes van a estar determinadas por el objetivo que quieras alcanzar y por lo tanto cuando tenemos claro nuestro objetivo vamos saber decir sin problemas "sí" o "no".

La necesidad de tomar decisiones rápidamente en un mundo cada vez más complejo y en continua transformación, puede llegar a ser muy desconcertante, por la imposibilidad de asimilar toda la información necesaria para adoptar la decisión más adecuada. 
Por lo tanto controlemos lo que si podemos controlar, no funcionemos por emoción, sino por convicción para elegir lo que necesitemos en cada momento.

En el proceso de toma de decisiones existen varios pasos: definir el problema, analizarlo, evaluar las alternativas, elegir y aplicar la decisión tomada.

Lo importante, es adoptar un enfoque proactivo de toma de decisiones, es decir, debemos tomar nuestras decisiones, sin esperar a que los otros lo hagan por nosotros, o bien, a vernos forzados a hacerlo.

Todo este proceso de toma de decisiones se debe asumir con Riesgo, porque toda decisión lo conlleva, y aunque haya sido planificada y planeada cuidadosamente en todas sus alternativas, toda elección comporta en si mismo un riesgo que tenemos que asumir.

Por lo tanto, debes ir eligiendo las mejores opciones para hacer que la decisión tomada funcione, encontrando motivos y  llevando a cabo las acciones para conseguir los resultados que deseas, sin mirar atrás ni evaluar la decisión tomada.