jueves, 29 de mayo de 2014

CUENTOS E HISTORIAS, por CARLOS GONZÁLEZ

Hace algunos años, cuando mi hija mayor cumplió los dos años, adquirimos la costumbre de leer un poco antes de dormir. Me metía con ella en su cama y le leía un cuento, hasta que se dormía.

Yo me daba cuenta de que era muy pequeña para entender muchas de las palabras y expresiones de esos cuentos, pero no se me escapaba también, que ella disfrutaba con esos momentos. Atendía con sus ojos abiertos como platos cuando yo dramatizaba algún pasaje del cuento, adquiriendo el tono del lobo malhumorado o cuando imitaba la voz de una anciana. 
Pero lo mejor, sin duda, es que acababa por sucumbir al sueño y se quedaba profundamente dormida, momento en el que yo aprovechaba para escurrirme como una anguila, fuera de su cama y comenzar mi merecido descanso. Los padres que me estén leyendo, saben de lo que hablo.

Cuando nació mi segundo hijo, continué con el mismo modus operandi. Pero me encontré con algunas dificultades imprevistas. La diferencia de edad, (tres años), provocaba que si elegía un cuento para la mayor, el pequeño se aburría ya que no tenía capacidad para seguir la historia, y si era al revés, la mayor se quejaba de que el cuento era para pequeñajos.

Así que opté por leer un cuento a cada uno. Se puede decir que dupliqué mi tiempo de proceso ya que mis clientes se duplicaron. Pero les proporcioné una respuesta personalizada a sus necesidades concretas, y las quejas desaparecieron.

No recuerdo cómo ni cuándo pasó. Supongo que una noche, después de leerles los respectivos cuentos, quizás estaban más nerviosos de lo habitual, o quizás es que simplemente me apeteció. El caso es que apagué la luz y les conté una historia por mi inventada. Supongo que con el propósito de que se fueran tranquilizando y se durmieran.
La cuestión es que les encantó. Y sin darme cuenta, caí en la inercia del “quiero más”.
Con esa exigencia propia de los niños, esa insaciabilidad del ser humano que siempre quiere más y una vez que consigue algo, al poco ya está deseando más (cuestión ésta que a mi juicio ha resultado determinante en el éxito como especie de los seres humanos – y que tenemos siempre en cuenta en las políticas salariales, planes de carrera etc.) Pero esa es otra historia.

Así que cada noche me demandaban cuento e historia. Dos cuentos y dos historias para ser más exactos. A lo cual, como podéis imaginar, me negué en rotundo. Y nos quedamos con dos cuentos y una historia. ¡¡¡¡Son insaciables y terribles negociadores!!!

La cuestión es que esta costumbre de cuentos e historias llevaba su tiempo, y estaba provocando serios cambios en la dinámica familiar que hubo que gestionar.

Lo que era innegociable era la hora de dormir. Los niños deben dormir sus horas. Por lo que tuvimos que ir poco a poco adelantando la hora de la cena, de volver del parque, de la merienda, de las tareas, etc. O la otra alternativa era ser más eficientes y no tardar 30 minutos de reloj en ponerse el pijama o lavarse los dientes, no sé si me entendéis…

Hemos tardado meses en llegar a la conclusión de que ser más eficientes convenía a todos. Meses en asimilar la autodisciplina de que todos debemos ayudar y responsabilizarnos de nuestras cosas, para así tener más tiempo para nuestros cuentos e historias, pero poco a poco lo hemos ido consiguiendo.

A parte de mejorar la eficiencia de nuestros procesos familiares, hemos buscado sinergias positivas:
La niña ha adquirido el saludable hábito de la lectura. Devora cualquier libro que cae en sus manos. He tenido que poner un dispositivo de control parental en la librería del salón, no os digo más.

El vocabulario de ambos, me parece a mí que es más amplio que el de otros niños de su edad. Su capacidad de comunicación también es mayor. Y argumentan y contra argumentan eficazmente. Demasiado bien a veces!!!

Por mi parte, os aseguro que el tener que inventarse cada noche una historia hace que tu capacidad creativa se desarrolle bastante. Y le he encontrado utilidad laboral ;-) Aunque reconozco que en ocasiones es agotador y tengo que recurrir a viejas historias. Con 5 y 8 años ya se conocen de P a Pa la Iliada y la Odisea, así como la mitología griega. Les encanta.

El “cuento y la historia” se han convertido, por su gran demanda, en moneda de premio y reconocimiento. La “reciben” si se la han ganado en el día a día. Con su comportamiento, ayudando a que lleguemos con tiempo y energía a esa hora de la noche en la que la reciben. Y si uno se la ha ganado y el otro no, uno elige cuento e historia y el otro no.
Además, este rato que pasamos los tres juntos, se ha convertido en un momento íntimo. En el que ellos, con las luces apagadas, me cuentan sus ilusiones, sus miedos, sus éxitos y sus fracasos. Lo cual aprovecho para que me inspiren a la hora de elegir o inventarme una historia. De manera que les sirva para aprender una moraleja que les resulte útil, para quitarse los miedos, para animarles a afrontar retos y subirles su autoestima o simplemente a conocer mejor la esencia humana. Existen multitud de historias como las de Anthony de Mello por citar a alguien, la misma mitología, parábolas, o cuentos que encierran enseñanzas o mensajes positivos, o profundizan en los rasgos humanos y así espero que estas historias contribuyan a mejorar su educación en emociones y aumente con el tiempo su inteligencia emocional.

En algún sitio leí que una buena manera de enseñar es a través de los cuentos, ya que éstos abren las ventanas de la mente.

En definitiva, a veces quiero creer que gestionar personas es contribuir a su desarrollo integral, en habilidades y en valores. Desde el respeto absoluto a su individualidad y de manera honesta y desinteresada.
No importa el contexto. Da igual si son tus hijos o tus compañeros de trabajo.

Formación, Escucha Activa (de la de verdad), entender sus necesidades y ver como confluyen con las de la familia o la empresa, explotar su potencial, reconocerles el esfuerzo, el trabajo, los resultados, recompensarles adecuadamente, crear espacios de confianza, …, etc.
Esto es a mi entender, el fondo de la cuestión y el objetivo primigenio de nuestras funciones. El cómo hacerlo, es técnica y cada cual usa la suya.


¿Qué opináis?

lunes, 26 de mayo de 2014

MUJERES QUE ROMPEN EL TECHO DE CRISTAL, por MILAGROS HERRERO.

Mi post viene inspirado por un artículo con este titular que leí justo en puertas del 8 de marzo…
Aún sigue sorprendiéndome este tipo de artículos, “MUJERES que rompen el techo de cristal”… porqué es noticia que Janet Yellen sea nombrada presidenta del Sistema de Reserva Federal de EEUU o Mary Barra directora general de General Motors??

Creo que la noticia no ha de venir porque una mujer o un hombre ostenten un cargo de responsabilidad sino porque una mujer o un hombre preparado y con una trayectoria profesional ostente un cargo de responsabilidad…

La realidad sigue siendo que a pesar de que el 60% de los universitarios son mujeres tan solo el 10% de los cargos de alta dirección son ocupados por mujeres, el 14% a nivel mundial…

Escuchamos constantemente la necesidad de implantar planes de igualdad en la empresas para que ambos géneros jueguen la partida en condiciones de igualdad, incluso llegamos a extremos como es el ejemplo de Alemania, primera potencia económica de la UE que se plantea, aprobar una cuota femenina obligatoria en los órganos de dirección empresariales, esta cuota establecería un mínimo del 30% de los sillones de las juntas de vigilancia de las grandes empresas para las mujeres.

Pero ¿que tiene que hacer una mujer para romper ese techo de cristal? ¿Por qué la imagen en la sociedad de las mujeres “poderosas” tiende a ser “masculina”; e incluso porque no decirlo, se asocia su imagen con un “mal carácter”? 
No hay más que pensar en Angela Merkel o en la llamada “Dama de Hierro”… eso, sin tener en cuenta que de las 10 mujeres más poderosas del mundo según la revista Forbest casi la mitad han sido primeramente conocidas por ser mujer de… hija de…

Mientras que nosotros mismos no seamos capaces de eliminar los estereotipos y dejar de prejuzgar a unas y a otros no seremos capaces de vivir en una sociedad ecuánime para todos seamos hombres o mujeres…

Como quedaría el titular si fuera Hombres que rompen el techo de cristal???
No seamos nosotros mismos quienes nos autoimpongamos los techos….


jueves, 22 de mayo de 2014

¿“LÍDER” vs “MANAGER”?. ¿GESTIONAS O LIDERAS?, por JESÚS ALCALDE.

Trabajando estos días con una sociedad danesa (esa que nos alivia la plaga de la diabetes), me encontré con una técnica (like, dislike, suggestion / Sí, no, idea) que vienen utilizando en sus reuniones para alcanzar nuevas hipótesis de desarrollo personal y de negocio
Y me pareció venir al pairo para progresar en la dicotomía del “líder” versus “manager” / gestionas o lideras, una cuestión importante en un foro como este.

.  Todos los directivos, así como los políticos y sindicalistas quieren ser líderes. Y viceversa, porque el liderazgo sin poder no consolida el  cambio (Véase el 15-M y el movimiento de indignados). 
Por tanto, el liderazgo es un bien deseado, para sí y para todos, los suyos, y algunos, en las organizaciones, lo elevan a categoría universal y lo  pregonan como el "mantra" que lo resuelve todo.
Y otro sí, el liderazgo es un mutante, que siempre está de moda, aunque a veces toma formas contradictorias, desde posiciones autocráticas o paternalistas  hasta muy democráticas y participativas. 
Como decía Nieves el otro día, la jerarquía en algunos casos, sigue siendo un valor de liderazgo, sobre todo en las pymes. Hay todavía en activo (cada vez menos) una generación que fuimos instruidos en esos paradigmas. Pero esto, en pocos años, pasa. Es mutante, y hay que adaptarse a los tiempos. Tened paciencia, que ya nos vamos.
Y estoy de acuerdo que hoy están de moda liderazgos  emocionales, transformadores, de inspiración, confianza y afectividad positiva. La prueba es que se critica el ejercicio  de la influencia al estilo del “insigne zapatones”, cuyos cimientos estamos disfrutando.

El liderazgo cuaja en una visión, donde la cultura con los  valores, y el cambio son tan importantes como el futuro deseado. Proceso y objetivo, objetivo y proceso. En muchos ámbitos, sumidos en esta crisis de austeridad versus desarrollo, carecemos todavía de visiones  (o sea, de líderes). El problema puede también entenderse como un exceso de visiones, cada uno la suya, y no hay forma de pactar y ponernos de acuerdo en las claves del nuevo ciclo.

No.  El  liderazgo no lo resuelve todo. Nos da visiones, pero no resuelve el día a día. Necesitamos la práctica, la gestión. Esta idea es importante: cuanto más cerca estás del día a día, más necesitas la gestión, sin perder de vista el liderazgo. El liderazgo garantiza el progreso y el cambio, pero los resultados se obtienen con la gestión.
El liderazgo en las organizaciones, pequeñas o grandes, se centra en una persona, en una visión incluso compartida, y  que hay que desplegar en un sistema de gestión. ¿La dirección participativa por objetivos? Sí, es el sistema más clásico. Cualquier modelo requiere una aplicación. Si solo hacemos énfasis en el liderazgo, el modelo resulta hueco o lleno de propaganda (con perdón de los de marketing). Así se han usado a veces los modelos de excelencia, cogiendo el rábano por las hojas y focalizándolo en marketing ficticio del líder y de la organización.

Cuando formamos a los futuros técnicos y directivos, ¿todos van a ser líderes?  Con tantos líderes, ¿vamos a crear un problema de liderazgo? No sería mala idea que todos emprendieran visiones y proyectos propios. ¿Pero, qué parte de gestión corresponde en todo caso a uno que es, como la mayoría de nosotros, técnico y directivo? ¿Ponemos en marcha una escuela de gestión de mandos o un máster del universo en liderazgo?

No. Seamos realistas. Alguno de vosotros sois emprendedores. Pero el técnico, mando o responsable de un equipo / proyecto asume la visión del líder de la organización y despliega y gestiona un conjunto de procesos, técnicas y herramientas, que le ayudan a transformar la visión en resultados. Son estas armas las que nos conducen a la productividad y a la competencia.
Y seamos también realistas en cuanto a la naturaleza del trabajo. El trabajo es una autorrealización, una oportunidad de desarrollo, pero siguen existiendo muchos trabajadores que no aprecian del todo la visión de sus líderes, que no concuerdan con sus estrategias, políticas y prácticas y todas estas situaciones necesitan ser gestionadas en el día a día. El trabajo es también muy duro, a veces requiere regular las relaciones laborales.

Idea. Propongo “desmitificar” el liderazgo, ponerlo en su justo límite  y centrarnos en el negocio (business). Y el negocio necesita una visión de futuro (debe tenerla), que es definida por una o unas pocas personas, que hacen de líderes, y requiere un despliegue importante de aplicaciones, que ponen en marcha las estrategias, políticas y procesos, por responsables, técnicos y trabajadores, que principalmente gestionan.

Que la visión responda a las necesidades de todos, líder y seguidores, trabajadores todos,  y que el liderazgo cambie en función de la sensibilidad evolutiva de las personas, que muestran los estímulos y las carencias que vivimos. Ya sabéis, nos motiva lo que no tenemos.


Propongo liberar el liderazgo de esas ideas huecas, en muchos casos mágicas y centrarnos en la interacción personal y de equipos y ejercer la comunicación y motivación (bases del liderazgo) en el despliegue de la gestión, esto es, en la planificación, en la organización y en el seguimiento. El liderazgo no se sostiene en el aire. Es un proceso transversal a la gestión, también de las personas. Lo demás es poder mágico.

lunes, 19 de mayo de 2014

THINGS WE LOST, por ALICIA GÓMEZ

Antes de comenzar a leer este pequeño post, me gustaría invitaros a hacer clic en el siguiente link, en él encontrareis una canción de Bastille, la cual ha sido mi fuente de inspiración a la hora de escribir y la banda sonora que acompaña a cada una de las ideas que comparto. Os recomiendo que la escuchéis mientras continuáis leyendo…

Normalmente, a estas alturas del año, momento en que se acerca el veranito, yo y mi gente comenzábamos a plantear destinos de vacaciones para disfrutar del solecito, chiringuitos y una buena playa a ser posible exótica y paradisíaca alejada de la vida rutinaria…

Pero… ¿Qué sucede este año?

Parece que las cosas están cambiando y conceptos como “control del tiempo” ó “estabilidad” hace mucho que dejaron de tener cabida en nuestras vidas, ya que parece que trastocan cada deseo, haciendo que sea imposible planificar hasta en el más corto plazo.

Y entonces… ¿Qué podemos hacer? ¿Debemos dejarnos llevar por las circunstancias y conformarnos con sobrevivir como podamos? ¿Debemos provocar una revolución?

En mi caso creo que me quedo con algo que me dijo no hace mucho una sabia compañera:
"DONDE FUERAS HAZ TODO LO QUE PUEDAS CON TODO LO QUE TENGAS". Y yo añadiría… "INTENTANDO CAMBIAR LAS COSAS A MEJOR Y DISFRUTANDO DEL RECORRIDO".

Esto es lo que QUIERO conseguir, no aspirar a dominar y controlar mi vida, pero si a que algún día encuentre mi huequecito perfecto en el mundo combinando  mi vida personal y laboral donde poder aplicar y llevar tan alto como pueda conceptos como “bienestar”, “gestión del talento”, “desarrollo personal y emocional”, “motivación” e incluso “felicidad”…  Para que así tanto yo como los que me rodean puedan valorar y disfrutar al máximo de los pequeños oasis que nos ofrezca cada mes del año.

Quien sabe, quizá llevando esta recomendación a cabo, no nos centremos tanto en las cosas que hemos perdido o que ya no podemos hacer,  y si en que toda persona puede sentirse la más afortunada del mundo solo con estar sentado en pleno mes de enero frente al mar en lo alto de los acantilados del pueblecito costero más cercano a nuestra ciudad… a mí ya me pasa…y cuando lo hago, me siento congelada pero... FELIZ!!!


jueves, 15 de mayo de 2014

TECNOLOGÍA Y PERSONAS (O VICEVERSA), por RAFAEL ACEVES

- ¡Rinnnng Rinnnng!
- Buenos días, si quiere hablar con administración marque 1, si quiere hablar con intervención marque 2, si quiere hablar con el departamento jurídico marque 3, si quiere hablar con informática marque 4, si quiere….

Tras esta respuesta me quedé bloqueado…, después de unos segundos realicé la gestión deseada. El estupor surgía porque había desaparecido la persona que durante largos años atendía el teléfono distribuyendo las llamadas y realizando la atención directa en la recepción.

Actualmente puede parecer obvio pensar que una centralita realice la misma función y que ese puesto sea “innecesario”; sin embargo la mera contestación de “alguien” al otro lado del teléfono establecía un primer contacto más cercano.
Además, en mis llamadas empatizaba con los estados de ánimo de la recepcionista: se le podían reconocer días agobiados, alegres, cabreados,….como los que tenemos todos.

Este hecho puntual se corresponde con la radical transformación a la que nos aboca la tecnología: sustitución de puestos de trabajo y cambios en nuestros hábitos laborales.

La ciencia-ficción nos ha revelado desde hace años 2 caminos en esta relación del hombre con la máquina. Por un lado, aparece la teoría de la tecnologización donde los robots realizan progresivamente tareas “humanas” y acaban sustituyendo a estos. (HAL 9000 en “Una Odisea en el Espacio” = centralita telefónica, ordenadores).


Por otro lado, surge la teoría de la aumentación, es decir, al humano se le van implantando elementos tecnológicos y es él mismo el que paulatinamente se va convirtiendo en un cyborg. (“Robocop” = Google glass).


La sustitución en los puestos de trabajo por la tecnologización la vemos diariamente:

  • Gimnasios low cost (inscripción y pago por internet, atención al público eliminada, el monitor hace las veces de informador).
  • Whats app da servicio a 450 millones de usuarios con 55 personas trabajando.
  • Gasolineras autoservicio, peajes automatizados, compras de cualquier tipo vía internet eliminando al departamento comercial,…

Rifkin ya lo avanzaba en “El fin del trabajo” (se puede leer una buena discusión en el Blog Salmon).

Algo similar sucedió durante la Revolución Industrial y se redistribuyó el trabajo desde unos sectores a otros, pero ahora aparecen  elementos diferenciales: incorporación de la mujer al trabajo, aumento cada vez más rápido de la población mundial, velocidad de las innovaciones tecnológicas, globalización en la venta de productos,…

Esto supone, que por un lado se haya incrementado la población activa y por otro, que la tecnología está ampliando su “plantilla”. Es evidente que la tecnología es algo necesario e imparable pero habrá que preguntarse dónde estarán los trabajos en los que no se pueda o deba sustituir a las personas. Probablemente en los que personas hagan felices/ayuden a otras personas.

Por otro lado, está la influencia de la tecnología en los cambios de hábitos en la actividad laboral. Como los cyborg, cada vez existen más elementos que se nos complementan y nos monitorizan: trabajo desde la nube, seguimientos gps, aplicaciones infinitas para smartphones, ropa inteligente, domótica,…

Esto también produce un cambio radical para los departamentos de RRHH. El trabajador no presencial se “virtualiza” y su conexión con la empresa en el aspecto humano es cada vez más indefinida y difusa.

Sin embargo, las personas necesitarán igualmente un apoyo y una comunicación con la que adaptarse a la nueva realidad y resolver los problemas que les surjan en sus actividades laborales. Necesitarán un “coach” laboral como una necesidad para su mejor rendimiento…..y para sentirse personas.

Es decir, no un departamento de RRHH para los trabajadores de una empresa sino una empresa de RRHH para diferentes tipos de trabajadores.



Por cierto, no hace falta realizar comentarios al post, están automatizados. ;)

lunes, 12 de mayo de 2014

¿MANDAS, GESTIONAS O LIDERAS?, por NIEVES GONZÁLEZ

Avanzamos ya con paso firme por el siglo XXI. La sociedad ha evolucionado, las relaciones entre las personas han cambiado. Se han diluido convencionalismos, y esa visión estratificada y compartimentada en la que se basaba la comunicación interpersonal en siglos precedentes al nuestro, ha desaparecido.

Sin embargo, en las empresas, sobre todo en las pequeñas empresas, la jerarquía predomina como un valor. Ancladas en maneras de gestionar que no se ajustan a los nuevos paradigmas, ven pasar los años sin modificar su estructura y su gestión. Quizá porque siempre se ha hecho así, o porque cuesta cambiar la manera de hacer las cosas, hemos acabado consolidando la idea de que el jefe manda y el empleado obedece. Sin matices. Eso es lo que se espera del mando, y del empleado.

Hasta bien entrado el siglo XX se han gestionado los recursos monetarios, los medios de producción,… y los recursos humanos,  entendidos éstos como fuerza del trabajo, como un recurso más de la empresa, valioso sí, pero un recurso más.

liderazgo, dirección, jefe, autoridad,
Ejemplo de no liderazgo
El empresario asumía el deber sagrado de velar por sus trabajadores, por su bienestar, como un buen padre de familia, decían, dicen todavía muchas normas. Y eso con un sentido paternalista, como una obligación moral que asumía por su condición de empresario. Y al empleado se le exigía fidelidad como actitud. (Fidelidad deriva de la palabra en latín, fidelitas, y su significado es servir a un dios).

Constatamos que la sociedad en la que vivimos ya no es la misma, los valores han cambiado, y al trasladar la manera de relacionarnos, de pensar y de vivir, al ámbito de la empresa, se produce un desajuste.

Diversos estudios han demostrado que la mayoría de los empleados cambian de trabajo por causa de un mal jefe o por la falta de un proyecto motivador, antes que por una retribución no ajustada a sus expectativas.

Por ello es urgente y necesario evolucionar. Las personas no pueden gestionarse como un recurso más, las organizaciones que deseen crecer, ser más competitivas, deberán potenciar las competencias de liderazgo de sus directivos. Ya no sólo se trata de tener más conocimientos del funcionamiento de los mercados, o conocimientos financieros, o de marketing,… la inevitable profesionalización de los empresarios, directivos y mandos pasa por exigir a estos perfiles las habilidades propias de un líder.

Ya no es posible gestionar personas. En el siglo XXI hay que liderar personas. Se gestionará la política salarial, los tiempos de trabajo, la selección de personal o la retención de talento, eso sí se gestiona.

Liderazgo, dirección, gestión de personas,
Ejemplo de liderazgo
Las nuevas relaciones en el ámbito del trabajo se basan en el liderazgo, entendido éste como la capacidad para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo de personas determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el logro de metas y objetivos.

Las organizaciones que no evolucionen hacia este nuevo marco relacional, pagarán cara su inadaptación a los nuevos tiempos, sus índices de productividad no serán competitivos y finalmente desaparecerán, con o sin crisis, con o sin resultados económicos positivos.

El poder de la dirección, de los mandos, viene dado por su jerarquía. Poseen el monopolio del control, que ejercen para que se haga su voluntad debido a su posición. 

La autoridad, en cambio, consiste en conseguir que esos mismos trabajadores, realicen esas mismas tareas voluntariamente, sólo porque ese mando se lo ha pedido debido a su influencia personal. Esta diferencia entre poder y autoridad ya fue analizada por Weber al sentar las bases de la Sociología como estudio científico.

Y la autoridad viene dada por el liderazgo. Si se consigue que el poder esté investido de autoridad (el poder se tiene, la autoridad hay que ganársela), estaremos avanzando en la dirección correcta.

La abrumadora responsabilidad del líder en el ámbito laboral es crear el ambiente en el que los empleados pasarán muchas horas de su vida trabajando. Tiene por ello una dosis de vocación y mucho de trabajo individual. La indiferencia, o incluso la frivolidad, de muchos jefes ante esta responsabilidad, es una gran barrera para la competitividad de las empresas.

Liderar  trabajadores, éste es el verdadero revulsivo que nuestras empresas necesitan para avanzar en la verdadera innovación organizacional, acorde con los nuevos tiempos, y soporte y palanca de cambio en el crecimiento económico.

El líder deberá tener la habilidad necesaria para orientar a los trabajadores en la dirección previamente determinada, inspirando valores de acción y anticipando escenarios de desarrollo. La habilidad para fijar objetivos, su seguimiento, y la capacidad de dar feedback, integrando las opiniones de los otros son la base para construir los nuevos proyectos a través de un buen liderazgo.

“El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina… Cuando uno tiene las cinco virtudes todas juntas, cada una correspondiente a su función, entonces uno puede ser un líder”. Sun Tzu. El arte de la guerra

Motivar e inspirar confianza es la clave. La inteligencia social es la capacidad de optimizar al máximo la relación con las personas, sacando lo mejor de cada una de ellas, generando el mínimo nivel de rechazo y consiguiendo los mejores resultados.

Y tú, ¿mandas, gestionas o lideras?

jueves, 8 de mayo de 2014

LA PRIMERA EXPERIENCIA, por IGNACIO RUANO

Muy buenas a todos,

Hoy me toca escribir un post por aquí y tras pensar de que hablaros (trabajadores, política, futuras elecciones, futuro económico, conciliación vida laboral y familiar...), me dije "porque no contarles como estoy llevando mi primera experiencia con personas a mi cargo". ¡Claro que sí!

Desde que llevo trabajando para la Junta de Castilla y León he estado en varios destinos, pero nunca con gente directamente a mi cargo. Así que os voy a contar esta experiencia que empezó a principios de diciembre del año pasado y que terminará por finales de este mes o junio, en la cual estoy teniendo la oportunidad de aplicar los conocimientos que aprendí en el X Máster en Dirección y Gestión de Personas (2010-2011).   

Parto de la base de que muchos de los que leéis este blog ya sois veteranos en temas de Recursos Humanos, con una dilatada carrera y mil y una batallas que contar comparado conmigo..., pero seguro que mis palabras y reflexiones os evocan a cuando empezasteis en este ámbito, y creo que no me equivocaré (aunque alguna excepción mala habrá...), que recordaréis con cariño vuestra primera experiencia con gente a vuestro cargo.
 
Soy el responsable de un "pequeño" centro por la Sierra Bejarana, que es a la vez un Centro de Perfeccionamiento Técnico Deportivo y un Albergue Juvenil, así que está bastante concurrido de visitantes de federaciones deportivas y cualquier particular que sea alberguista. Sobre todo se produce la ocupación total del mismo durante el verano por campamentos variados y clinics deportivos, pero también en el invierno al estar cerca de la estación de esquí de la Covatilla. Vamos que tiene bastante afluencia de gente y eso es lo que he visto en estos meses. Para ello se cuenta con 19 personas de distintas categorías (Limpieza, Mantenimiento, Ordenanza, Cocina, Vigilante nocturno, Gobernanta y Director), que podrían ser mas (se necesitaría...) pero se ajusta según la economía actual.

Mi cometido principal es gestionar el centro, procurando como en toda casa no gastar mucho y que esté óptimo para las personas que vienen a utilizarlo. Esto que parece fácil en teoría, se complica un poco cuando "el centro o la casa" tiene una antigüedad de 80 años, y en tal estado de abandono de ciertas partes, que tenían "sepultados" o "arrinconados" como trastos viejos objetos de valor como pianos de 1800, maquinas de coser, escribir, etc., sin que nadie se haya preocupado de cuidarlo. 

Y aunque se han reformado varias veces las partes abiertas al público, se necesitarían muchas más inversiones grandes para estar en plenas condiciones, lo cual obviamente hoy en día no se puede hacer, así que se van apañando las cosas según van surgiendo... jeje. Pero visto con el tiempo, en estos casi 6-7 meses, tras una buena comunicación con mis superiores (lo cual te abre muchas puertas...), las sugerencias del personal del centro y mi buena predisposición para trabajar, como se ha reflejado en muchos informes y sugerencias, al final han significado progresos y conseguido logros para el centro (obras de arreglo, nuevo material, etc.). Aunque quedaría mucho por hacer... 
 
El otro gran cometido es gestionar a las personas que trabajan en dicho centro. Mi objetivo era principalmente que estuvieran a gusto, motivadas y se implicaran en la mejora del funcionamiento del centro, es decir, mejorar el clima laboral que ciertamente estaba enrarecido. Y creo que con el paso de los meses lo he conseguido, ganándome su confianza como persona que les escucha, dispuesto a que se apliquen sus sugerencias y que trata de conseguir cosas para ellos (como más personal, mejores herramientas de trabajo, mejor horario, mejor formación, siendo justo en los conflictos...). Eso sí, no ha sido fácil, ya que he tenido situaciones complicadas, como que a las dos semanas un trabajador sufra una enfermedad y esté de baja hasta hoy en día, debiendo solicitar un sustituto; como un enfrentamiento con familiares de participantes en un torneo de ajedrez que no podían entrar al centro y querían hacer lo que les diera la gana en él; o como tener que proponer abrir un expediente disciplinario a un trabajador porque se negaba a cumplir con sus cometidos.... 
Esta última ha sido la peor, ya que el dialogo que desarrolle con la persona y mis buenas maneras no dieron fruto, teniendo que ser al final firme y justo, para no perjudicar al conjunto de los trabajadores del centro. Tras estar de acuerdo con los superiores, se abrió el expediente disciplinario, cosa que en la administración ya sabéis que no ocurre tanto como en lo privado. Siempre creo que se pueden arreglar todos los problemas dialogando, pero a veces no queda más remedio que aplicar los mecanismos más severos....

A la vista de todo lo que ha pasado estos meses, si que os puedo decir que era fácil superar las expectativas que tenían las personas con las que iba a trabajar, con respecto al anterior gestor, ya que llevaba tantos años en la administración que estaba tan quemado que huía de todo problema (otro día escribiré sobre esto). Lo cierto es que yo llegaba como un novato (con experiencias en otros ámbitos, pero no en gestionar un centro y personas), con ganas de aprender y escuchar, y partir de ahí actuar. Me informé bien por mis superiores de lo que esperaban de mi y luego con la gente del centro, a partir de su experiencia que me contaron, empecé a moverme y desde entonces con toda la ilusión no he parado, jeje. Creo que al final dejaré un buen poso en las personas con las cuales he trabajado codo con codo o bien he dirigido, lo cual para mi es lo más grato e importante.

Y aquí enlazo con lo que nos decía hace poco Rosario Hoyos con su post Ideales Reales, en el Foro de Recursos Humanos José Herrador, un post muy recomendable. Yo me quedo con la conclusión de que al final se pueden tener muchas competencias, actitudes, experiencias, dones, etc., pero lo más importante para ser un jefe es ser una buena o excelente persona y actuar con el resto de personas a tu cargo como tal. Es lo que siento y creo firmemente.

Desde mis palabras escritas en este post, animo a Rosario y a todos aquellos que se encuentran buscando trabajo en el ámbito de las personas a no desfallecer. E incluso a las personas que con los años se van quemando y están cansadas de "llevar" a las personas, les animo a seguir luchando.

A mí el destino me ha dado un guiño pudiendo aplicar lo aprendido sobre las personas en aquel máster en este periodo breve de tiempo, y quien sabe, puede que a ellos, o a mí mismo,  nos tenga preparado otro guiño a la vuelta de la esquina....jeje.

Yo procuraré en estos últimos días conseguir más cosas para el centro que sirvan para mejorarlo y que los superiores del gestor del centro y el personal que está a su cargo estén más a gusto y motivados trabajando, para que el día en que me vaya me recuerden sencillamente como una buena persona con muchas ganas de trabajar y que ayudó en todo lo que pudo.

Un saludo a todos.

lunes, 5 de mayo de 2014

GAPS FORMATIVOS, por MARÍA GRANDA MORO.

Hace unas semanas, mientras revisaba las novedades del día en Twitter, me topé con un estudio recientemente publicado en el que se ponía de relevancia la existencia de importantes gaps entre la formación de los jóvenes y las necesidades de la empresa.

Podría pensarse que hoy en día la falta de empleo, o mejor dicho, el desempleo de los jóvenes se debe a la crisis en la que ya llevamos inmersos unos años. Y es cierto, pero sólo en parte. Según se refleja en el artículo mencionado, la crisis no es el único motivo.

Existen otros desajustes que analizar y sobre los que comenzar a tomar medidas, tanto empresas como formadores. Algunos de ellos son:
  •  Sobrecualificación: nuestros jóvenes cuentan con competencias que la empresa de hoy no aprovecha. Hay empresas que siguen aferradas al 1.0.
  • Cualificación discordante con las necesidades de la empresa: los jóvenes candidatos están cualificados, pero no tienen las competencias que requiere la organización. Seguimos educando en competencias del pasado.
  • Programas de formación inadecuados: muchas empresas no utilizan los créditos de la Tripartita y una parte de las que lo hacen lo invierten en formaciones no relacionadas directamente con su negocio o estrategia.

Y sin embargo, siempre según el citado estudio, sólo el 13 % de los empresarios encuestados están dispuestos a revisar sus criterios.

Hay que empezar a moverse y tomar medidas. Las soluciones empiezan por superar modelos obsoletos anclados en el pasado y por adecuar nuestros sistemas formativos y de desarrollo a las nuevas competencias que requieren el S. XXI y la realidad práctica de las empresas.

Un camino a partir del que podemos construir puentes entre la educación y el mercado laboral es el de la Formación profesional dual, articulándola a través del contrato para la formación y el aprendizaje (RD1529/2012). Impliquémonos y destinemos a ello recursos.

“En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da” A. Machado.

Nuestro papel como responsables de personas es fundamental en este cambio. Tanto en el seno de nuestras organizaciones como hacia afuera. Queda mucho por recorrer en cuanto a la información y colaboración que podemos ofrecer a los centros educativos, tanto de FP como universitarios o escuelas de negocio.

Generar un canal más fluido y accesible de comunicación estudios - entorno laboral llevará al ajuste correcto entre nuestras demandas y las ofertas de los candidatos.


Así ganaremos todos, como nos enseña el maestro Covey.