lunes, 23 de abril de 2012

INCONFORMISTAS O CONFORMISTAS ¿QUIÉNES SOMOS? por BEATRIZ MARTÍN BARRIOCANAL

Hace unos días, con el buen tiempo he decidido disfrutar de la ciudad y de todo lo que me puede ofrecer, por ello cada noche salgo a pasear por el centro de la ciudad una hora aproximadamente. Cuando estoy por ahí observo a la gente, me doy cuenta de que siempre son las mismas personas, a las mismas horas, en la misma calle, me fijo en como miran, sus gestos… y muchas veces pienso: que rutinarios somos, día tras día, muchas personas hacemos los mismo, nos levantamos a la misma hora, desayunamos lo mismo, trabajamos en lo mismo y caminamos por los mismos sitios. 

Muchas de estas noches y puesto que Valladolid es un pañuelo, me encuentro con conocidos o amigos, muchos de ellos, personas que hace mucho tiempo que no veo y siempre o casi siempre las mismas conversaciones, estoy estudiando tal, voy a trabajar en cual, o voy a prepararme para pascual… Siempre insistimos en nombrar lo que queremos y no tenemos, a pesar de la rutina en la que vivimos y en la que nos quemamos. Continuamente alimentamos nuestros sueños en estoy luchando para…. Voy a llegar a ser… pero ¿es real este inconformismo? ¿O es simplemente una ilusión a la que agarrarte, pero que en el fondo nos da un miedo atroz a lo desconocido? . Recuerdo a estas personas y en las que a veces me veo reflejada a mi misma, comentando estas mismas ilusiones hace años y me doy cuenta de mi presente sin haber conseguido todas y sin a ver luchado con la fuerza con la que podría por todas ellas. 

 Reconozco que muy de vez en cuando en medio de estas noches encuentro a alguien que me dice: por fin lo conseguí!!! He de decir que envidio el brillo en sus ojos de tener la ilusión cumplida. 

Mi reflexión es: 

 - ¿Realmente somos quienes queremos? 
- ¿Porque los que son felices con la rutina no se conforman con ella y disfrutan de su camino y no solo de llegar a la meta? 
- Y los realmente inconformistas ¿Por qué no luchan por lo que quieren y llegar a tener ese brillo del éxito en sus ojos? ¿O por lo menos de haberlo intentado?
- ¿Por qué a veces nos da miedo lo desconocido aunque lo anhelamos?

jueves, 19 de abril de 2012

SOY EL AMO DE MI DESTINO, SOY EL CAPITAN DE MI ALMA por IGNACIO JAVIER RUANO

Muy buenas a todos

Iba a escribiros de la reciente reforma laboral, pero ya se han realizado varios post bastante interesantes (y todos los que vendrán…), así que voy a referirme a otro aspecto relacionado con la misma que es referido al aspecto humano.

Por el titulo se puede intuir por donde va la cosa. Casi todos hoy en día conocemos estas bonitas palabras a raíz de la película de Clint Eastwood “Invictus” (os la recomiendo), que narra lo ocurrido en Sudáfrica con el gran Nelson Mandela, en la Copa del Mundo de Rugby y como se unió un país con muchas heridas. Pocos conocían que las mismas formaban un poema del escritor William Ernest Henley, cuyos versos constituyen un lema que todos deberíamos perseguir en la vida, mantenernos firmes y luchar.

Ante la situación de crisis actual, con situaciones y medidas cada vez mas crudas y difíciles, además de las que quedan por llegar, la voluntad de continuar, luchar y superarnos ante las mismas, es la “joya de la corona de la conducta” y digámoslo claramente la “gasolina” que necesita toda persona y un país para salir adelante, superando cualquier tipo de obstáculo.

Reconozcámoslo, si los líderes ejercieran con voluntad, honestidad y transparencia todas sus actuaciones, serían el verdadero “faro-guía” para el resto de los ciudadanos, los cuales les seguirían sin miedo o temor como ocurrió con Mandela por ejemplo, pero hay muchísimos ejemplos más, como empresarios, trabajadores, amigos, familia, etc., que cada uno puede aportar. El problema es que no se cumplen las cualidades anteriores por la mayoría de los líderes (normalmente políticos…), y por lo tanto se pierde esa “voluntad”…

Yo tengo la suerte de tener una persona así en mi casa, mi padre, que ha sido mi “faro-guía” desde pequeño y que me inculcó esos valores. El motivo de este post es recordar a personas como él y darles un pequeño homenaje. En su día con mi edad o incluso menos tuvieron que luchar para conseguir la democracia y los derechos que disfrutamos hoy en día, y además salieron de la crisis también importante y severa, que hubo en aquella época, al igual que antes nuestros abuelos, bisabuelos, etc., en otras crisis… Parece que existe un bucle temporal, pero siempre se sale adelante.

Ahora tras muchos años de voluntad, trabajo honesto y lucha llegan casi al final de su carrera laboral, porque están en el paro, prejubilados o esperando a la jubilación, volviendo la cabeza atrás para ver todo lo recorrido, comprobando que aun en la adversidad y soledad han sido coherentes con las palabras del poema, que han desarrollado su vida laboral con enormes sacrificios sociales y personales, con ganas siempre de aprender (afilar la sierra), con coherencia y eficacia ante la inexistencia de todo tipo de medios, sin miedo al futuro aun en la penumbra, volviendo a levantarse cual boxeador imperturbable aunque los problemas les tumbarán, con un afán de superarlo todo y darnos a la siguiente generación el testigo en mejores condiciones de lo que ellos conocieron, y ahora nos toca a nosotros continuar con dicho legado, escuchar y aprender de sus consejos y por supuesto luchar ante todos los males e inclemencias para dar el testigo a la siguiente generación en mejores condiciones que las actuales no?

Así que amigos, sabiendo las dificultades que hoy en día vamos a tener y lo que nos queda por delante, os animo a conseguir mantener esa “voluntad”, a luchar y mantenernos firmes ante las inclemencias, desarrollar nuestro trabajo y habilidades como mejor sabemos, y sobre todo creer en nosotros, como otras generaciones lo hicieron anteriormente en si mismo y ahora creen en la siguiente.

Yo como me enseño mi padre, seguiré siendo, “el amo de mi destino, el capitán de mi alma”.

PD: Os dejo el poema en original y su traducción, para que lo leáis y os inspire un poco.

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be,
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance,
I have winced but not cried aloud.
Under the bludgeonings of chance,
My head is bloodied but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears,
Looms but the horror of the shade.
And yet the menace of the years,
Finds, and shall find me, unafraid
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate,
I am the captain of my soul.

Traduciendo:

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.

jueves, 12 de abril de 2012

¿DÓNDE QUEDA EL HOMBRE? por JOSÉ MENDOZA

Llevamos años modulando nuestro pensamiento con el espíritu de la crisis económica. Hay en las personas con las que hablo tal temor, que llega a ser congénito porque se propaga de unos a otros reforzando los temores que ya tenemos y generando otros nuevos.

Ha calado tanto en nosotros la importancia de lo económico, que se nos presenta como la principal misión del Estado, y naturalmente de las Empresas. Refiriéndose a éstas y desde mucho antes de esta crisis, hemos oído muchas veces: “las Empresas están para ganar dinero”.

Mi argumento es que es falso. No es cierto que la principal misión del Estado sea atender los asuntos económicos, ni es verdad que las Empresas se funden para ganar dinero.

El Hombre y la Sociedad nos llevan a dos conceptos diferentes, pero de algo que es una sola cosa. No puede ninguno de ellos existir por sí mismo. Esto quiere decir que son dos nombres de la misma entidad. Se me dirá que si hemos usado dos nombres diferentes es para denominar dos conceptos también distintos. Y en efecto hemos creado conceptos diferentes de la misma cosa, porque la presentamos desde diferentes puntos de vista. Ortega nos diría que dos personas que ven un mismo paisaje desde lugares distintos, nos describirían una realidad diferente. Un individuo se hace persona en la Sociedad. Un hombre que no haya vivido en una sociedad, no sería persona (un niño de la selva, por ejemplo, no habla y por tanto no razona, ni puede aprender a hacerlo). Igual de absurdo es pensar en una sociedad sin individuos. Esto nos lleva a la sabida tesis de que el hombre hace a la Sociedad y ésta hace al Hombre.

Llegados a este punto, quiero resaltar el riesgo de los tiempos que corren: la Sociedad está haciendo hombres, pero si ésta ha tomado una orientación reducionista, como tal parece el actual enfoque económico, los hombres que en ella se generen quedarán deformados.

Podemos comprender fácilmente que las Empresas que viven en esta Sociedad, tengan orientaciones semejantes, ya que son subconjuntos dentro del general. Aparte, la concepción anteriormente mencionada que liga el fin económico al de la Empresa, cosa incierta en todo modo, ya que de ser verdadera, los procesos de las empresas tendrían este único fin, y vemos que no es tal, ya que son variados en sus productos: unas producen, por ejemplo, zapatos, otras electrodomésticos, otras ofrecen servicios varios, etc.

Las reformas realizadas y las que están por venir, están mayoritariamente orientadas a mejorar el sistema económico. Un sistema cada vez más globalizado por la capacidad creciente de interactuar las distintas partes del sistema social. El progreso técnico, el organizativo, el pensamiento y esfuerzo humano se dirige en la actualidad a mejorar las economías de los países, y de las empresas por extensión, (observar el auge que ha adquirido la banca, empresa especialista en la gestión del dinero). Todo esto es natural y está muy bien explicado por Abrahan Maxlow en su pirámide de valores.

Lo peor es que dentro del torrente de reformas, los fines que pretenden no contemplan al hombre como tal. Encontramos al Hombre como un medio para lograr los fines que perseguimos. ¿No estamos cometiendo un grave error?.

Son muchos los que todavía acuden cada día al trabajo y los que plantean nuevas estrategias para sus empresas o para sus equipos. A estos va dirigida la reflexión de este escrito, pretendiendo que consideren que el hombre que trabaja con ellos, que ellos mismos, es cada uno de ellos, un fin en sí mismo y no un medio para lograr otros fines.

Hace más de doscientos años (*), Kant llegó a esta conclusión, creyendo que el Hombre había alcanzado su mayoría de edad. Es posible que la euforia de la Ilustración le equivocase y aún estemos despertando a la pubertad. Será recomendable que nos empapemos de sus razones para averiguar algo más de la naturaleza humana.
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(*). En 1785 publicaba Immanuel Kant su libro “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”

martes, 10 de abril de 2012

LA RESONANCIA DE LOS CAMPOS MORFOGENÉTICOS O TEORÍA DEL MONO 100 por LUÍS POVEDA

¿Es posible que si un número suficientemente grande de nosotros, adquiere nuevos aprendizajes, estos sean adquiridos por el resto?.
Lyall Watson en su libro “Lifetide” nos relata un experimento que ocurrió con una colonia de monos en Japón.

La historia comenzó hace medio siglo en una pequeña isla del sur de Japón; los protagonistas el “Macaco de cara roja” o mono de las nieves, tiene un frondoso pelaje que le permite vivir en hábitats de montaña a gran altitud. Esto, unido a su afición a nadar por mar abierto le ha permitido colonizar un gran número de islas del Japón.

Los científicos de vez en cuando ofrecían frutas y otros alimentos a los monos, un día uno de los científicos le dio una batata (tipo local de tubérculo) pero al verlas sucias de tierra y barro, los animales las rechazaron.

Tras un tiempo, a una mona joven se le ocurrió llevar las batatas al mar y lavarlas antes de comerlas, y entonces las comió sin problemas, Al recuperar su regalo la mona descubrió que el agua no solo la había limpiado, sino también que le había otorgado un sabor salado que la hacía mucho más apetitoso, luego enseñó a los demás monos jóvenes a lavar las batatas, casi como jugando.

Los monos mayores no aprendieron a hacerlo, excepto aquellos que tenían hijos jóvenes, quienes enseñaron el truco a sus padres.

Poco a poco, más y más monos fueron aprendiendo el nuevo comportamiento, y un buen día, y súbitamente, toda la colonia estaba lavando las batatas.

Pero lo más sorprendente fue que a partir de ese día, los monos de otras islas, sin contacto con los anteriores, también habían aprendido a lavar las papas, incluso los monos deTakasakiyama, en pleno territorio de Japón.

Como si el nuevo conocimiento se hubiese expandido por el aire, alcanzando a toda la especie...

Watson consideró que cuando el mono número X (por eso se llama la teoría del mono 100) había aprendido, se completó la Masa Crítica, es decir, el número de monos necesario para que toda la especie adquiera de pronto el nuevo conocimiento o la nueva conducta.

Esto le hizo suponer que en la evolución de las especies hay mecanismos diferentes de aquellos que intervienen en la selección natural, lo cual tiende a mostrar que esos mecanismos también inciden sobre la manera de como ideas y costumbres se propagan por toda la especie humana.

Cuando leí este experimento lo primero que me vino a la mente es ¿será posible en nuestra especie? Y si así fuera ¿y en nuestras organizaciones?.

En mi opinión debemos seguir trabajando y desarrollando a todas las personas de la organización, incorporar nuevos talentos y ….. algún día llegará el mono 100.


Para ver mas:

Teoria del mono100, Resonancia de los campos morfogeneticos.

Teoría de los campos morfogenticos

domingo, 8 de abril de 2012

¡QUÉ BELLO ES VIVIR! (lección de Psicología) por FÉLIX ALBERTO SANZ


Supongo en cualquier manifestación de arte hay genios atemporales, adelantados a su tiempo, que hacen que sus obras trasciendan más allá de su momento, de su realidad, de su contexto.
Yo no he visto la suficiente obra de Frank Capra como para considerarlo un genio, pero repasando recientemente "¡Qué bello es vivir!" me he dado cuenta de lo maravillosa, profunda e, incluso me atrevo a decir, moderna que resulta una película con tantos años.
Me parece de visionado obligado para cualquier persona en cualquier época de su vida (y más aún si se dedica o quiere dedicarse a temas que versen sobre personas), pero más aún en estas fechas que vivimos de crisis, dificultades, eres (ya no se llaman así ¿no?), recesiones, depresiones,... y no sólo por la fuerza vital que tiene (el propio título ya lo indica) sino porque, especialmente, es una gran lección de psicología.

Es un retrato bárbaro de cómo las circunstancias pueden modelar a una persona hasta convertirla en un ser irreconocible (incluso por sí mismo) y cómo, si esas circunstancias son agobiantes, oscuras, negativas,... pueden sacar lo peor de uno mismo, ese nuestro "otro yo" que desconocemos pero que habita en nuestro interior acechante a nuestra desdicha (y por supuesto es igual de válido para nosotros mismos que para los demás y así entender ciertos extraños comportamientos de nuestros seres cercanos en determinados momentos -empatía lo llaman-).

Y lo es porque se trata de una espectacular “hoja de ruta” para salir de muchos de esos callejones, aparentemente sin salida, en los que a veces nos parece encontrarnos, mostrándonos como (1) con una visión más objetiva de las situaciones que nos oprimen, de nuestro entorno, de nosotros mismos, (2) con el apoyo de nuestra gente cercana -pidiéndolo si es necesario- y, sobre todo, (3) mirando para dentro de nosotros mismos -y a partir de ahí re-conociéndonos, valorándonos y queriéndonos en nuestra justa medida-, las circunstancias acaban siendo eso que realmente son, situaciones momentáneas y pasajeras que acaban diluyéndose cual azucarillo en aguardiente.

Animo a quien ya la haya visto a que la repase, y a quien no... ya está tardando en ver "¡Qué bello es vivir!".
Y una vez vista no la escondáis en un lugar dónde sea difícil encontrarla, pues en algunos momentos concretos os vendrá muy bien revisarla y os saldrá más barato que ir al psicólogo (aunque total, a día de hoy, cualquiera, sin ser psicólogo, da lecciones de psicología de manera voluntaria y a un módico precio...).

lunes, 2 de abril de 2012

EL NECIO EMOCIONAL por PRUDENCIO HERRERO

Vale, lo confieso, tenía pensado hablar de otra cosa… pero mi condición me puede.
Os propongo un post más personal, nada académico… ¿os animáis a entrar?

Últimamente la inteligencia emocional se ha cruzado por mi vida varias veces, insistentemente. Se ha cruzado en conversaciones de cafés con alguno de vosotros, de forma sorpresiva en algunas conversaciones de cañas (y copas), en la convocatoria del taller de Pablo, en la comida del viernes con un tipo genial como Carlos… Tanta coincidencia… ¿será sólo casualidad?

Hace unos días Judit me propone que organice una dinámica sobre negociación en un Workshop para la asociación AEIPRO Joven. (Workshop es el taller práctico de toda la vida y AEIPRO es una asociación de gestores de proyectos). La definición de “Joven” de la asociación es “menor de 36”… es decir, ¡yo no debería estar allí!. Por supuesto, dije que sí… con la secreta intención de rejuvenecer.

Justo antes del taller de negociación, tienen previsto hablar de… ¡tachán!: ¡¡Inteligencia emocional!! ¿Será posible?. También digo que sí a asistir a esa confe.

Unos días antes, Judit me llama para coordinar la dinámica y me explica que han tenido un problema con el ponente de inteligencia emocional. Como mi taller era de negociación… negocio con ella hacerme propietario del tiempo de esa conferencia para ganarlo para la dinámica… a cambio de que yo hable de inteligencia emocional.

En su día, el libro de Goleman me gustó. Sencillo, divulgativo… de los que te encuentras afirmando con la cabeza mientras lo lees. Pero… ya sabéis que siempre tengo algún “pero” a mano… con el paso del tiempo sus propuestas se tornaron algo endebles. Básicamente porque te explica bien los qués y no se centra tanto en los cómos, que siempre me han interesado más.

Pensé en hablar de las inteligencias múltiples de Gardner para rebajar un poco el tono “importante” que rodea a la inteligencia emocional. Siempre bromeo con que, si uno quiere tener un éxito de ventas, puede probar a poner antónimos en el título del libro: a “Inteligencia emocional” le funcionó. (Nota: y sin embargo el “Inteligencia Política” de mi amigo y profe Pascual… ha vendido menos). Finalmente me decanté por hablar de tres inteligencias que trabajan sobre tres emociones básicas: la tristeza, la rabia y el miedo, y cómo podemos aplicar estas “inteligencias emocionales” en nuestra vida. Parece que gustó, aunque nos faltó tiempo.

Y ahora voy con lo que quiero compartir con vosotros: mis dudas. Según preparaba la charla y la dinámica pensé en adoptar una postura radical: no gestionar las emociones, no ser un “inteligente” emocional… convertirme en un “necio emocional”. Está claro que no ser capaz de “gestionar tus emociones” en ocasiones es malo. En realidad, salvo que desconectáramos buenas partes de nuestro cerebro o quitáramos partes del mismo… somos incapaces de “no sentir”. Y los sentimientos y las emociones están ahí por algo. Después de que se produce la emoción, podemos racionalizarla, ampliarla, hacer como que no existe y otras zarandajas que nuestros cerebros aprenden a hacer desde que somos pequeñitos, que es en sí, un tipo de gestión de nuestras emociones. Y eso me parece bien… incluso cuando nos hace mal y esa “gestión” nos lleva por un mal camino.

Convertirme en un necio emocional era solo un juego de extremos para ver qué ocurre… era un argumento para la reflexión… pero también una forma algo radical de entender la vida que en cierta manera me ha poseído. Imagina que te pilla el amor, así, de sopetón y de improviso… ¿Qué haría el inteligente emocional? ¿Qué haría el necio emocional?

Hay emociones ante las que bien merece la pena convertirse en necio ¿no creéis?